Contactaba con menores para conseguir fotos pornográficas que intercambiaba en la red

El Juzgado de lo Penal 1 de Huelva ha condenado a 10 años y 3 meses de cárcel a un hombre que contactó con menores en redes y, tras ganarse su confianza, las usó para generar material pornográfico que luego intercambiaba con otros usuarios y las amenazaba para que continuaran mandándole fotos y vídeos.

La sentencia, confirmada por la Audiencia Provincial de Huelva, a la que ha tenido acceso Efe, considera a esta persona, responsable de nueve delitos, entre ellos, de utilización de menor con fines pornográficos, exhibicionistas o para la elaboración de pornografía infantil, de difusión de materiales pornográficos que afectan a menores de edad, de tenencia de materiales pornográficos que afectan a menores de edad con fines de difusión y de amenazas.

Concurren en la causa las circunstancias atenuantes de reparación del daño muy cualificada y dilaciones indebidas y aplica el juez al acusado el límite penalógico de 4 años y 6 meses de prisión.

Además, le impone la prohibición de acercarse a las cuatro víctimas a menos de 1000 metros y la prohibición de comunicar con ellas por cualquier medio o instrumento por tiempo de 2 años y 6 meses por cada uno de los delitos; se le impide también la prohibición de utilización de chats informáticos o telefónicos y redes sociales durante un periodo de 1 año por cada uno de los 9 delitos y la medida de libertad vigilada por tiempo de 4 años para su cumplimiento posterior a la pena de prisión.

El acusado deberá indemnizar a las víctimas en la cantidad total de 13.500 euros.

Se considera probado que durante el año 2011 y hasta agosto de 2012 el acusado, con ánimo libidinoso inició una actividad sistemática de contactos con diversas usuarias de la red, menores de edad y a sabiendas de su minoría de edad, las cuales captaba a través de la red social Tuenti y de Messenger.

Los contactos consistían en que simulando ser un chico mas joven, a cuyos efectos enviaba una fotografía que no era de él, sino de otro individuo mucho mas joven, conseguía que las menores, partiendo de dicha errónea creencia, le mandaran fotos desnudos en actitudes claramente sexuales o activaran la web cam y se desnudaran y realizaran actos de naturaleza sexual, sin conocimiento de que el acusado aprovechaba para captar dichas imágenes.

Además en ocasiones, con las imágenes así obtenidas, el acusado, con la intención de obtener nuevas imágenes, les conminaba a que realizaran actos de la misma naturaleza si no querían que difundiera las imágenes obtenidas con anterioridad, a sus contactos, venciendo de este modo la resistencia de algunas de las víctimas.

Posteriormente intercambiaba dichas imágenes con otros usuarios de redes sociales al objeto de que le mandaran imágenes de otras menores.