El estafador ofrecía supuestos ritos africanos para «encantamientos y amarres de amor»
El estafador ofrecía supuestos ritos africanos para «encantamientos y amarres de amor» - ABC
TRIBUNALES

Dos años de cárcel para un «brujo» que estafó 9.470 euros a una mujer que quería recuperar a su pareja

Este andaluz presuntamente experto en la religión buruba tendrá además que devolver la cantidad que defraudó

HUELVA Actualizado: Guardar
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El Juzgado de lo Penal 2 de Huelva ha condenado a dos años de prisión a J.A.A.M, un hombre que ofertaba sus servicios como brujo y que se define como gran experto de la religión buruba, por estafar 9.470 euros a una mujer que recurrió a él para volver con su pareja sentimental tras su ruptura.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, considera a esta persona responsable de un delito de estafa y, además de la pena de prisión, lo condena a abonar a la víctima, en concepto de responsabilidad civil, la cantidad defraudada.

Se considera probado que en el mes de diciembre de 2013, J.A.A.M. publicitaba en Internet, a través de la página www.brujeriasyhechizo.com, sus servicios relativos a «hechizos, encantamientos, amarres de amor, artículos ritualizados» ofreciendo una «solución real a todos los problemas» mediante llamada directa al teléfono anunciado.

En mayo de 2012, M.A.C.S., empleada doméstica natural de Ecuador, había padecido una ruptura sentimental, por lo que sufría una demencia emocional que le generó una situación de crisis personal, con ideas de muerte, por la que precisó asistencia médica.

El 13 de diciembre de 2013, según continúa la sentencia, esta mujer contactó telefónicamente desde Madrid con el acusado, tras lo que le remitió un correo electrónico confirmando que estaba interesada en someter a un hombre a su voluntad y que se casara con ella.

Perdió casi 10.000 euros en dos meses

El acusado, con conocimiento del estado en que se encontraba la mujer y de su vulnerabilidad, y a sabiendas que lo que ofertaba era falso, le garantizó, con la exclusiva intención de enriquecerse, solución a ese problema, a través de ceremoniales de religión africana de la que dice ser sacerdote, para lo que debía realizar determinados rituales a cambio de que se le abonaran los importes que solicitaba.

La mujer, en el período de dos meses desde el primer contacto, ingresó en la cuenta del acusado sucesivos abonos por un importe total de 9.470 euros.

Tras apreciarse que no lograba su objetivo, la mujer solicitó explicaciones al acusado con llamadas telefónicas, tras lo cual, en circunstancias no determinadas, se puso fin a la relación.

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