El metro de Granada no consigue circular con normalidad por los obstáculos que encuentra a su paso
El metro de Granada no consigue circular con normalidad por los obstáculos que encuentra a su paso - R. L. P.
METRO DE GRANADA

El metro de Granada, a la espera de superar su particular carrera de obstáculos

La Junta no pondrá en marcha el tranvía hasta que pueda circular sin toparse con peatones y vehículos

Granada Actualizado: Guardar
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Pocos podían imaginar que, tras una década de retrasos en la culminación de las obras, el metro de Granada se iba a demorar por la cantidad de obstáculos que encuentra a su paso. Literalmente. La fase de pruebas en la que se encuentra desde hace meses no está consiguiendo que el tranvía alcance la velocidad comercial esperada. Y la Junta, «por prudencia», renuncia a dar una nueva fecha para su inauguración, aunque sigue trabajando porque se produzca en mayo.

Sobre el papel, el metro aspira a alcanzar una velocidad media de 24 kilómetros por hora. Los últimos datos conocidos de la fase de pruebas rebajan la cifra a la mitad. Tranquilos paseantes, «runners» y coches aparcados o en circulación sobre las vías impiden diariamente el normal funcionamiento del metro, obligado a frenar o detenerse ante cada nuevo estorbo.

«Tenemos que quitarnos la costumbre de usar la plataforma que hemos tenido este tiempo y dejar que sea únicamente para el metro», dijo ayer la delegada de Fomento en Granada, Mariela Fernández-Bermejo. Aunque «cada día» el metro se acerca más «a esa velocidad» necesaria para ser una infraestructura competitiva e integrada con el resto de medios de transporte.

Por si algún granadino despistado no se hubiera enterado aún de que «el metro ya está aquí», la Junta de Andalucía reforzará el número de trenes para que la ciudadanía asuma esta nueva realidad. No parecen ser suficientes las jornadas de seguridad vial que cada viernes organiza la administración competente, que lleva un tren a una parada para que la población se familiarice con los vehículos. Tampoco ha surtido efecto la campaña en medios de comunicación.  

Coste sobre coste

Mientras el metro sigue fuera de servicio, una factura no para de aumentar. El Ayuntamiento de Granada le ha pedido ya 350.000 euros a la Junta de Andalucía por el retraso. Según el Consistorio, es la cantidad desembolsada en la flota de autobuses para compensar la ausencia del tranvía desde abril de 2015 hasta finales de 2016. Es el último desafío –y uno de los pocos– a la administración autonómica que ha protagonizado el alcalde de la capital, el socialista Francisco Cuenca.

Como otros regidores de los municipios por los que discurre el metro, su cabreo es mayúsculo. Además de la demora en la puesta en marcha, Cuenca tiene otras razones, y es que la Junta ha puesto en evidencia el poco peso político del que dispone dentro del PSOE. Todas sus peticiones han sido ninguneadas. Ni el billete será gratis hasta que el metro funcione al 100%, como aprobó el pleno municipal en bloque, ni habrá bonificaciones para parados, discapacitados y jubilados. Y nada se sabe sobre el transbordo gratuito que reclama el Ayuntamiento desde hace meses para integrar el sistema de transportes públicos.

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