FOTOS: IDEAL
PATRIMONIO

Más allá de la Alhambra: cinco lugares desconocidos de Granada que merece la pena visitar

La capital está repleta de rincones que han cautivado desde siempre a lugareños y viajeros

Granada Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Más allá de la Alhambra, Granada está repleta de rincones que han cautivado desde siempre a lugareños y viajeros de paso. La sublime belleza de la fortaleza nazarí en ocasiones eclipsa tantos enclaves desconocidos –incluso para los granadinos– que merece la pena recordar, visitar y disfrutar. Aquí van cinco de ellos:

El morabito donde Boabdil se rindió

imagen

Ríos de tinta han corrido acerca de la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos. Aquel acto quedó retratado en el cuadro de Francisco Pradilla y Ortiz, donde se refleja la entrega de las llaves de la ciudad de manos de Boabdil el 2 de enero de 1492. Sorprendentemente, son muchos los granadinos que desconocen el lugar exacto donde se produjo la simbólica rendición de la capital del reino nazarí tras años de acecho.

En concreto, los historiadores ubican ese acontecimiento en la ermita de San Sebastián y San Fabián, que todavía hoy pasa desapercibida.

Fue allí donde se celebró la primera misa cristiana tras siglos de dominación islámica. Está situada junto al río Genil, en el Paseo del Violón. Aunque la construcción que se observa en la actualidad es fruto de múltiples y continuas reformas, la edificación original data del siglo XIII. Este morabito –una suerte de ermita árabe, natural de la España musulmana– se empleaba como lugar de retiro espiritual para los líderes espirituales de la época, en un contexto paisajístico bien distinto; en el corazón de aquel vergel que fue la Vega de Granada. El valor de este discreto templo no sólo radica en la historia que le acompaña, sino también en su singularidad, pues se trata del único morabito que se conserva en la península.

La Abadía del Sacromonte

imagen

Aunque bien conservada, Granada sigue teniendo una cuenta pendiente con la Abadía del Sacromonte. Se trata de un complejo compuesto por la propia abadía, dos colegios mayores, las catacumbas y un templo subterráneo. Su construcción, a comienzos del siglo XVII. surge a raíz del hallazgo de las reliquias que se atribuyen a los discípulos del apóstol Santiago: San Cecilio, San Tesifón y San Hisicio, los tres martirizados en un horno que también apareció, así como de los polémicos libros plúmbeos. Estas placas de plomo –223 planchas circulares que conforman 21 tomos– llegaron a ser consideradas como un quinto evangelio. Actualmente, estos grabados se consideran un fraude fruto de moriscos de alta alcurnia que trataron, en tiempos posteriores a la consista de los Reyes Católicos, de aunar el cristianismo con la religión musulmana y la judía.

Las leyendas hablaban de tesoros enterrados en aquel cerro, cuyas catacumbas fueron habitadas por esclavos musulmanas hasta que los Reyes Católicos tomaron la ciudad. Recogieron aquel testigo los primeros gitanos que llegaron al entonces Monte Valparaíso. A la vista está que no se hicieron ricos en lo material, aunque allí se quedaron para dejar un legado de valor incalculable, ya que las cuevas del barrio del Sacromonte son una de las cunas del flamenco.

La Fuente del Avellano

imagen

En las faldas de la Sabika, el monte sobre el que se alza la Alhambra, se halla la Fuente del Avellano. Un breve paseo por el sendero del margen izquierdo del río Darro lleva directamente a este oculto lugar con vistas al barrio del Sacromonte. El camino lo pueblan monolitos con poemas de la tierra, como «Pasear contigo», de Luis García Montero. Antaño era usada por los muleros para dar de beber a las bestias, refrescar gaznates y abastecer de agua a los pobladores del lugar, aunque desde hace más de cien años persigue a la Fuente del Avellano cierta tradición literaria. Fue este enclave el que inspiró al ilustre y olvidado escritor Ángel Ganivet para conformar la Cofradía del Avellano, una selecta asociación de intelectuales de la Granada de finales del siglo XIX a la que pertenecieron también pintores de renombre, como José Ruiz de Almodóvar.

La Puerta de Monaita

imagen

También conocida como Puerta de la Albahaca, la Puerta de Monaita (siglo XI d.C.) es uno de los más vetustos accesos a la ciudadela de época zirí, la dinastía previa a la nazarí. Disfrutar de sus vistas es siempre una incógnita, pues no es un lugar abierto al público y para entrar, siempre que el muro que la rodea no esté tapiado, a veces hay que sortear algún obstáculo. Ciertamente, se encuentra en estado de abandono, a pesar de estar catalogada desde 1931 como Monumento Histórico Artístico Nacional. Las malas hierbas que crecen en su superficie ya han puesto a los bomberos en algún aprieto cuando han ardido, por el enrevesado urbanismo que inherente al barrio del Albaicín.  Además, tanto la fachada de la Puerta de Monaita como la planta superior y la muralla aledaña están repletas de pintadas de dudoso valor cultural.

Templete jesuita

imagen

Es uno de los pocos vestigios que recuerdan la estancia de los jesuitas en lo que hoy es el Campus Universitario de Cartuja, construido en torno al Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción. Todos los terrenos de la zona, cedidos por el Gran Capitán a los Cartujos, pasaron a manos públicas con la desamortización de finales del siglo XIX y con dicha titularidad permanecieron hasta su adquisición por la Compañía de Jesús, que impulsó el uso educativo del monte.

Ubicado a las espaldas de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada, se erige este templete, construido a finales del siglo XIX o principios del XX. Hoy está asediado por el abandono y los grafitis. Al estado ruinoso hay que sumar el serio peligro que corre, ya que se encuentra al borde de un barranco que podría desprenderse en cualquier momento.

Ver los comentarios