La exconcejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Isabel Nieto.
La exconcejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Isabel Nieto. - L. R.
ENTREVISTA

Isabel Nieto, implicada en la Operación Nazarí: «Tengo miedo, siento una inseguridad jurídica tremenda»

La exconcejal de Urbanismo de Granada, investigada por diez delitos, tacha de «amoral» la postura del presidente provincial del PP: «Cualquier candidatura es mejor que lo que hay ahora»

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El exalcalde de Granada, José Torres Hurtado, no fue el único que cayó en desgracia por el estallido de la Operación Nazarí. También tuvo que dimitir su concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, investigada por diez presuntos delitos.Ella, como ahora Sabina, lo niega todo. Se siente figurante en una película de ciencia-ficción. Con la ansiedad pertinente, pero a sabiendas, dice, de que todo se aclarará, ya sea dentro de muchos años. La UDEF disiente y la coloca a la cabeza de una supuesta organización criminal, aunque para Nieto la verdadera trama es la de los denunciantes y que habría podido beneficiar al discutido presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, para el que sólo tiene palabras de dolor y reproches.

Y después de horas de interrogatorio en algún hotel de Granada, entre dientes murmulla: «Qué injusto».

—Sostiene que la Operación Nazarí es un montaje. ¿Quién lo urde?

—Parte de dos funcionarios del Ayuntamiento. Alguno ya llevaba muchos años abriendo diligencias que siempre se han archivado. Ahora están teniendo su momento de gloria, pero todo parte de denuncias falsas y de una acumulación ficticia de temas inconexos. Así se monta una «macrocausa», que es lo que está de moda e impide al juez el estudio de los expedientes. La Operación Nazarí surge por dejar una investigación judicial en manos de la Policía. La Policía sabe investigar las huellas de un crimen... Cosas importantes desde el punto de vista penal. Pero no son expertos juristas.

—Señora Nieto, hablamos de la Unidad de Delitos Fiscales y Económicos...

—Ellos investigan si hay sociedades superpuestas, caja B, cuentas corrientes en el extranjero... En este caso no hay nada de eso.

—Bueno, Manuel Lorente, alto cargo de Urbanismo desde los 80, está vinculado a 50 cuentas bancarias. ¿No le parece extraño?

—Serán de Lorente y su mujer, y de la última década. Parece que en España es delito que alguien tenga dinero. A mí me parece un funcionario 10.

—¿Y qué nota le pone a Jacobo de la Rosa, su director de Urbanismo y testigo clave del caso?

—Necesita mejorar. Bastante. Estuvo callado y un día se fue dejando encima de mi mesa la denuncia del caso Serrallo. Que no la presentó personalmente para acudir él como testigo. Es una jugada de una persona traicionera. Conmigo y con sus compañeros. Además, lo que se hizo en aquel expediente es su responsabilidad.

—Usted dijo por ahí que el patrimonio de De la Rosa no se corresponde con sus ingresos. ¿Cómo es eso posible?

—Cuando él se fue del Ayuntamiento empezaron a contarme cosas... «Mira que lo de Jacobo se veía venir».

—Pidió que la investigación de Jabeque Granada SL, una sociedad que Jacobo de la Rosa fundó en 2003. Esta empresa se dedica al sector urbanístico...

—Lo que facturara, lo facturaría con esa empresa que, además, realiza una actividad que le está prohibida por el estatuto básico del empleado público. Yo no quisiera que cualquier empresario de Granada pensara que yo estaba detrás, porque yo no lo sabía. No quiero ni pensarlo.

—Se dice, se comenta que a veces en Urbanismo se cobraba a los promotores a cambio de informes positivos para sus obras. ¿Se refiere a eso?

—Si eso fuera así, que el promotor diga cuánto ha pagado y a quién. La Asociación de Promotores, con la yo me reunía cada mes, podría habérmelo dicho y nunca me trasladaron eso. Aunque también es verdad que la Asociación de Promotores me ocultó lo de Jacobo: cómo funcionaba Jacobo. Yo estaba ciega. Mi coordinadora tampoco sabía nada, y desayunábamos los tres todos los días.

—¿Reconoce al Jacobo de la Rosa tembloroso, dubitativo y miedoso que declaró en sede judicial por el caso Nazarí?

—Es un teatro, es un teatro... Es un teatro, totalmente. Es una pose. Va a trabajar todos los días a Urbanismo y está perfectamente. Pero está protegido. Siempre ha contado con la protección y la amistad del presidente del PP, Sebastián Pérez. Iba presumiendo por ahí de que le iban a dar cargos cuando Pérez fuese alcalde...

—De hecho, De la Rosa se marchó a la Diputación [cuando estaba presidida por Sebastián Pérez] después de irse de Urbanismo. ¿Por qué usted pidió que regresara?

—Cuando Jacobo se va hay meses de descontento en el PP. Empieza a destaparse el enfrentamiento entre el presidente del partido y el alcalde, y se ve que la persona que denuncia al alcalde está siendo protegida por el presidente del partido, sabiendo que la denuncia es falsa. Eso creo un malestar insostenible. Dentro de los funcionarios y dentro del partido. Sebastián Pérez decidió que volviera al Ayuntamiento para quitarse el problema de encima, que luego no se ha evitado, fíjate por dónde vamos.

EL FUEGO AMIGO

—Torres Hurtado murió matando y dijo que no se iba si Pérez no dimitía también, como al final sucedió, ¿pero cree que la Operación Nazarí se hizo para que él fuera alcalde?

—Entiendo que a Sebastián Pérez le interesa que el alcalde se marche. La reacción de Sebastián Pérez no fue normal. Lo primero que tenía que hacer era llamar por teléfono y pedir explicaciones. Y eso no ocurre. Nunca. Nada. ¡Nada! El alcalde lo llama y no le coge el teléfono... El presidente provincial no reaccionaba bien cuando veía la oportunidad. Se pone nervioso, no sabe disimularlo, se le ve. Él no tiene otra cosa, no ha trabajado en otra cosa que no sea la política y no puede permitirse el lujo de bajar un pedestal. Yo era consciente de que estaba de paso. Querer permanecer ahí siempre obliga a hacer cosas que no están bien y caen en bajezas para conseguir lo que quieren.

—¿Todo por ser alcalde?

—Ya no. Ahora será por venganza, porque se marchó. Es curioso que él aceptara. Si tú no has hecho nada malo, ¿por qué te tienes que ir? Aquel día pensaría: "¿Qué me han encontrado para que me digan que me vaya?". Es curioso... De todos modos, no le importaba el Ayuntamiento. No sólo no iba a los plenos; si tú eres alcaldable, tienes que salir, reunirte con gente, ir a sitios con los vecinos... Nunca se le veía en la calle... ¿Cómo vas a conectar con la realidad desde ahí arriba? Llega un momento en que se vicia la forma de hacer política. Y me incluyo. Seguro que cuando yo llegué era de una manera y luego seguro que era más prepotente. Es sano que cambien las personas.

—Llama la atención que su partido no les llamara para pedirles explicaciones.

—El partido sólo llamó desde Madrid, donde se mueve muy bien Pérez, para decirle a Pepe Torres que se tenía que ir. Es normal que tus enemigos no lo hagan, pero que tus amigos no quieran respetar la presunción de inocencia es amoral. ¿Por qué? En ese momento no se sabía por qué eran los registros ni las detenciones. ¿Él no quería saber por qué? No es una actitud lógica.

—¿Habla de fuego amigo?

—No lo sé, no lo puedo afirmar. Pero sé que algunos se alegraron.

MIEDO, VALENTÍA E ILUSIÓN

—Su compañero Juan García Montero está siendo muy crítico con la actuación del partido con respecto a estos asuntos. Tanto que ha presentado su candidatura para arrebatarle el liderazgo provincial a Sebastián Pérez. ¿Está ilusionada?

—Sé que hay dos candidaturas... Como no soy del partido, porque estoy suspendida cautelarmente de militancia, no debo decantarme por ninguna. Cualquier candidatura es mejor que lo que hay. Cuando se lo que convierte en un clan, por no decir otra palabra, pues el partido no va por buen camino. Hay que ser muy valiente para enfrentarse al presidente actual.

—¿Por qué hace falta valentía para enfrentarse a Sebastián Pérez?

—Tiene todo el aparato en su poder y te hace un boicot en la sede con el ejército que tiene alrededor. Él y su círculo, por ejemplo, prohíben a los demás que hablen contigo,  intentan abrirle expediente al que se quiere presentar como candidato, ha habido presiones del partido al grupo municipal, diciéndole a los concejales que si no se personaban como acusación en el caso Nazarí los iban a imputar a todos... El presidente tiene que unir al partido, no meter cizaña para dividirlo más.

—Hablemos de los registros que efectúa la Policía en Granada el 13 de abril de 2016. Usted ha dicho que se produjeron irregularidades.

—La jueza autorizó los registros, que no las detenciones. La Fiscalía creía que era prematuro. Fue un circo y la prensa estaba avisada. De esos registros no ha salido nada que sustente esto. Los 170 policías [a diez por cada domicilio registrado] que los hicieron llevaban la misma orden: entráis, detenéis masivamente y os lleváis todos los dispositivos que encontréis. ¿Quién manda en la Policía?

—Está por llegar el informe de los dispositivos informáticos incautados.

—Ya los han visto, eso fue hace un año. Me da miedo que me puedan meter cosas: pornografía infantil, tráfico de armas, terrorismo... Cualquier cosa. Siento una inseguridad jurídica tremenda, porque el montaje va dirigido a implicarnos en algo grande. Una banda criminal organizada tiene que tener millones, armas, joyas... ¡Algo! ¿O es que una banda organizada es para darle una licencia a un McDonalds?

EL GRAN TRASLADO

—Aquella mañana de abril también se produjeron registros en Urbanismo. Hace unos días se supo que la Policía está teniendo problemas para encontrar algunos expedientes.

—Los expedientes están localizados, los funcionarios saben dónde están.

—¿Los expedientes que había en Urbanismo solían llevarse a otros sitios?

—Se bajan al archivo de Urbanismo si ya se han tramitado. Cuando pasan unos años van a un archivo del barrio de la Chana y finalmente se llevan al archivo histórico de la calle San Antón.

—Se lo digo porque me consta, y esto no ha salido publicado en prensa, que Urbanismo contrató por 400 euros al mes a becarios recién licenciados en Documentación por la Universidad de Granada para quitar grapas y meter expedientes a discreción en cajas con el fin de hacer un gran traslado a San Antón, donde el archivo histórico, poco antes de la Operación Nazarí.

—Los archivos se van colmatando y hace falta espacio...

—Curiosamente, no se trasladan otros expedientes más antiguos. Al parecer se centraban en los años que son objeto de investigación; por ser más precisos, en las licencias.

—Nunca he tenido relación con el archivo. Imagino que las archiveras lo harán con cabeza.

—¿Y es normal que se manden a San Antón sin pasar por la Chana?

—No tengo ni idea. Yo fui una vez a la Chana, porque se quejaban de que faltaba espacio, y había espacio de sobra.

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