Un colegio público de la zona norte de Granada está enganchado a la luz

El centro lleva más de un año con problemas sin que las instituciones den una solución

Enganche ilegal del CEIP Arayanas a la luz ABC

LEO RAMA

Pareciera que en la marginal zona norte de Granada los empalmes ilegales de luz son exclusivos de las miles de plantaciones de marihuana que albergan sus edificios. Pero esta práctica, con sus inconvenientes, es la que se está empleando para abastecer de electricidad al el CEIP Arayanes . Este centro público l leva más de un año enganchado a la corriente eléctrica de forma irregular, lo que continuamente provoca problemas en el normal desarrollo de su actividad educativa.

La situación persiste desde el verano de 2016 , cuando se proyectaron las obras para el polémico traslado de la Escuela Oficial de Idiomas de Granada a uno de los dos edificios que componen este recinto escolar, mientras en el restante se concentraron las clases de educación infantil y primaria. Ahora una valla separa ambos inmuebles, ya que, de facto, operan de forma independient e .

La empresa contratista, que atiende a las directrices de la Agencia Pública Andaluza de Educación de la Junta de Andalucía, fue quien ejecutó el empalme al cajetín que desde siempre ha abastecido al CEIP Arrayanes, según denuncian fuentes de su Consejo Escolar, que piden una división efectiva de la Escuela Oficial de Idiomas –que también padece las caídas de tensión– para que cada edificio cuente con su propio contador y no se den más problemas.

Por otro lado, es el Ayuntamiento la institución competente de garantizar el abastecimiento eléctrico al centro educativo. Consultado por ABC, el Consistorio asegura que siempre ha abonado las facturas del centro, que corresponderían al único contador del que ahora se abastecen ambos edificios, y apunta que es la Escuela Oficial de Idiomas la que está enganchada al contador del colegio. Este periódico ha tratado sin éxito de obtener declaraciones al respecto por parte de la dirección del centro.

Múltiples problemas

Son muchos los problemas derivados de esta situación. Las caídas de la luz en todo el edificio se repiten aproximadamente cada diez días, aunque hay semanas en las que se quedan sin corriente eléctricas hasta dos y tres veces, lo que provoca parones en la normal actividad del centro y sobrecostes por arreglar las luminarias y aparatos electrónicos que se estropean.

Cuando la luz se cae, como es lógico, las pizarras electrónicas y los ordenadores dejan de funcionar, a pesar de que uno de los objetivos del centro es potenciar el acercamiento, conocimiento y uso de las nuevas tecnologías de la información. Ante una situación así, las alternativas analógicas dejan de serlo, pues también queda inutilizada la fotocopiadora, así como el sistema digital de gestión educativa, Séneca.

Dado que el empalme irregular no abastece suficientemente al centro, se dan otros problemas, aunque no se produzcan caídas del tendido eléctrico. Por ejemplo, la caldera funciona a medio gas por la falta de electricidad necesaria.

Inseguridad

Otro de los asuntos preocupantes es la falta de seguridad a la que está sometido el centro como consecuencia del enganche. A diferencia de lo que ocurre en otros colegios, el CEIP Arrayanes carece de un sistema de alarma y videovigilancia conectado a la central de la Policía Local de Granada.

Las constantes caídas de tensión eléctrica han hecho imposible que se implemente este sistema, que no estará operativo hasta que las instituciones públicas den una respuesta al asunto. Por tanto, el centro está expuesto a robos nocturnos sin la posibilidad de que los agentes puedan tener conocimiento de que se está produciendo alguna incidencia que requiera su intervención.

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