El padre Román, único acusado en el juicio.
El padre Román, único acusado en el juicio. - EFE
CASO ROMANONES

Auge y caída del caso Romanones: de la llamada del Papa Francisco a la retirada de la Fiscalía

9 claves para entender el mediático juicio de los supuestos abusos sexuales denunciados por Daniel

Granada Actualizado: Guardar
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La Fiscalía ha decidido, en la última sesión del juiciodel caso Romanones, retirar su acusación contra el padre Román, para el que pedía nueve años de cárcel y 50.000 euros de indemnización. Lo que empezó con una investigación interna del Arzobispado de Granada se convirtió al poco tiempo en un caso mediático sin precedentes después de que trascendiera a la prensa que el mismísimo Papa Francisco llamó a Daniel –nombre ficticio del denunciante– para animarle a denunciar. Y él lo hizo ante el Fiscalía Superior de Andalucía.

¿Qué ha ocurrido para que el Ministerio Público, que desde el primer momento ha dado credibilidad a las palabras del joven denunciante, haya decidido ahora quitarse de en medio casi pidiendo perdón y sin desmentir los presuntos hechos? Aquí van 9 claves para ayudar a entenderlo:

1. Sólo se juzgan las penetraciones

El tribunal que ha de juzgar el caso Romanones sólo dirimirá si hubo o no penetraciones, es decir, acceso carnal, que es el agravante por el cual está acusado únicamente el padre Román. Ciertamente, no ha sido demostrado. Tocamientos y felaciones habrían prescrito en el momento en el que se formuló la denuncia, y esa fue la razón por la que se dejó en libertad a otros sacerdotes del grupo que estuvieron investigados en un principio, pues Daniel denunció a otros curas afines al movimiento.

2. Muchas contradicciones

Era un clamor en los mentideros que la Fiscalía iba a retirar su acusación a la vista de las contradicciones advertidas por el propio fiscal. A lo largo del juicio se han evidenciado múltiples incoherencias por parte del joven denunciante en sus diversas declaraciones –no han sido pocas- tanto en sede policial como en sede judicial. Por ejemplo, en la denuncia inicial no hablaba de penetraciones. Cuando lo hizo, también incurrió en contradicciones.

3. «Juego» de fechas

Entre las contradicciones, el fiscal ha reseñado el «juego» de fechas indicadas por Daniel, un aspecto a tener en cuenta, porque puede cambiar la posible responsabilidad de Román. Tanto es así que parte de los hechos denunciados habrían tenido lugar cuando era mayor de edad, como reconoció él mismo, preguntado por la magistrada del tribunal, al final de su declaración en el juicio.

4. La ciencia y la fe

Creer la versión de Daniel es justamente eso: creer, un acto de fe. La verdad judicial requiere de algo más; de pruebas tangibles. En este caso la ciencia ha estado del lado de Román. Las periciales han desmontado, por ejemplo, la descripción física que dio el joven sobre los genitales del párroco. Ni tiene estrías en la cadera –se pueden tratar– ni está circuncidado –le sobra piel, aunque carece de frenillo– ni tiene una mancha «color café», si bien las forenses apreciaron una «hiperpigmentación» presente en toda la zona, circunstancia que puede cambiar con el paso de los años.

5. La sombra alargada del Opus

Otro de los hechos que hacen sospechar al fiscal de la veracidad de la denunciada es que Daniel esté vinculado desde hace unos años al Opus Dei. Aunque, preguntado por este periódico, Francisco Hernández declinase hacer «especulaciones» al respecto, este martes ha rematado su exposición de motivos apuntando que no se puede definir «si hubo relaciones [entre Daniel y Román] o una conspiración del Opus» para, quizás, hacerse con el poder del Arzobispado de Granada.

6. Nadie ha ratificado la «verdad» de Daniel

Ante la imposibilidad de demostrar una «verdad declarada», el fiscal ha recalcado que el Ministerio Público trató de mantener la investigación abierta para encontrar elementos «periféricos» que ratificaran la versión de Daniel. Dado que los Romanones negaron en bloque cualquier práctica sexual con el joven, y que el otro denunciante de abusos no se presentó en el juicio, la única esperanza de Daniel era que una vieja amiga –con la que supuestamente había practicado un trío junto a Román– declara a su favor. No se dio caso y desmintió la mayor.

7. Román y la vida padre

Sin embargo, otros testigos independientes, como el caso de un conocido periodista granadino, han insistido en la inusual vida que llevaba el padre Román y otros sacerdotes. Se ha hablado de besos, extraños gestos en el baño, desnudos en público o la insistencia de Román para que un joven, amigo del denunciante, durmiera con él en uno de los chalés de recreo de los que disponían los Romanones en la provincia de Granada. Pero nada de esto ha sido suficiente, a ojos de la fiscalía, para imputar un delito tan grave al párroco.

8. Honestidad no es sinónimo de verdad

En el juicio también han testificado dos psicólogos de la Sección de Análisis de Conducta de la Policía Nacional, quienes han aportado un informe en el que aseguran que las declaraciones de David son «altamente compatibles con la honestidad» mientras que la del padre Román es «altamente incompatible con la honestidad», en virtud del análisis conductual y gestual de ambos. Las conclusiones de este informe no serán consideradas como prueba pericial, sino como «hipótesis», pues, aunque la metodología empleada responda a criterios científicos, es imposible decir «si es verdad o mentira» lo que cuenta Daniel.

9. Una decena de archivos encriptados

El fiscal no considera que haya ninguna prueba sólida contra el padre Román, lo que no quita que existan elementos extraños por su parte. La Policía Nacional advirtió en el informe sobre el análisis del ordenador del párroco que éste había una decena de archivos encriptados con nombres de personas próximas al caso. Tampoco ha quedado claro por qué Román tenía, entre más de 6.000 libros digitales, algunos ejemplares sobre masturbación o sobre casos de pederastia por parte de curas, los cuales llamaron la atención de los agentes.

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