Línea de envasado de una fábrica de dulces navideños de Rute
Línea de envasado de una fábrica de dulces navideños de Rute - J. M. G.
ECONOMÍA

Más de 500 personas encuentran trabajo en Rute durante la campaña de Navidad

Los fabricantes de dulces prevén un alza del 5% en las ventas y se lanzan a la exportación

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Rute hace cada año su agosto en diciembre. El sector del mantecado, los anisados y los productos cárnicos convierten las calles y plazas de la localidad subbética en un hervidero de turistas, que llenan sus museos, centrados en su producción agroalimentaria.

En menos de tres meses, Rute recibirá a más de 100.000 visitantes, atraídos por sus atractivos e interesados por adelantar la compra de algunos de los productos que no deben faltar en ninguna mesa durante las fiestas. La Navidad se convierte en un auténtico motor para la economía ruteña. En estos días, la tasa de paro de la localidad baja del veinte por ciento habitual a niveles de entre un seis y un nueve por ciento.

El tirón navideño provoca una reducción del paro cifrada en más de 500 personas, de las que unas 300 trabajan en las fábricas de mantecados y las restantes en otros sectores vinculados como anisados, productos cárnicos, comercio y hostelería.

Este año el sector respira optimismo. Juan José Garrido, gerente de La Flor de Rute, se muestra convencido de que «estamos ante la mejor campaña de los diez últimos años». «Se nota un cambio, parece que hay otra ilusión, más visitas, más demanda», asegura. Las buenas sensaciones son compartidas por Jorge Garrido, de Galleros Artesanos y Productos Garrido, que cree que «se nota que hemos superado el bache económico, se empiezan a estimular las ventas y se abren nuevos canales de distribución».

Aunque aún queda mucha campaña por delante, todo apunta a que una vez recibidos los últimos pedidos se pueda confirmar un crecimiento de la producción en torno a un 5%. Si se mantiene el ritmo, este año saldrán de las fábricas de dulces ruteñas en torno a 1,2 millones de kilos de mantecados. A ello ayudará la rebaja en el precio de estos productos, gracias a la bajada en origen de uno de sus principales ingredientes, la almendra.

Más de 500.000 botellas de anís

No van a la zaga las destilerías de anisados y licores, en las que se envasarán más de 500.000 botellas, no solo de anís dulce o seco de afamadas marcas como Machaquito, Duende, Raza o Altamirano, sino también de nuevos productos, como bebidas sin alcohol, ginebras o licores, con lo que se pretende reactivar un sector estancado.

Otro aspecto destacable es el turístico. Ante las principales fábricas y museos como el del azúcar, el turrón, el jamón o el belén gigante de chocolate de Galleros Artesanos, es habitual encontrar varios autobuses. El comercio local y los restaurantes son los principales beneficiarios de este «boom» de visitantes que vive Rute durante los tres últimos meses del año, una eclosión que en buena parte se desvanecerá con la vuelta a la normalidad.

De ahí que todas las empresas estudien cómo alargar la temporada y conseguir una desestacionalización de la producción. El reto es difícil: el dulce deja paso al helado con la llegada del calor. Otro reto es la exportación. En ese sentido, una posible línea de futuro puede llegar de mercados insospechados y antagónicos como el musulmán o el judío y algunas de las empresas ya estudian la obtención de los certificados «halal» y «kosher».

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