Dos niños juegan en una nave de Sor Ángela de la Cruz
Dos niños juegan en una nave de Sor Ángela de la Cruz - Valerio Merino
SERVICIOS SOCIALES

Más de 300 romaníes se concentran en unos 17 campamentos de la capital

La higiene es mayor que la que se encontró en el polígono Chinales tras el incendio de Calmante Vitaminado

Córdoba Actualizado: Guardar
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En la actualidad, la capital cordobesa acoge unos 17 campamentos de familias de etnia gitana y origen rumano (romaníes) de muy diverso tamaño, si bien la situación es extremadamente variable, tanto en la cifra de asentamientos como de miembros que los conforman, según las diferentes fuentes consultadas por este periódico.

Eso sí, ninguno de ellos se encuentra en el lamentable estado que mostraba el antiguo campamento de Chinales, dentro de las viejas naves de Calmante Vitaminado, donde la basura se cuenta por toneladas, y que ya ha sido prácticamente abandonado, a excepción de una familia que permanece en la zona. Una orden judicial ha dado de plazo para que se marchen el próximo 26 de septiembre.

La radiografía a día de hoy indica que estos asentamientos se localizan en las zonas de Camino la Barca, Camino Carbonell, Carlos III, Chinales, Cordel de Écija o Urende, en algunos de esos lugares con más de un campamento, si bien ya han empezado a surgir, al margen de éstos, algunas zonas nuevas como es la calle Sor Ángela de la Cruz, donde hay naves abandonadas que son aprovechadas por varias de estas familias para usarlas como refugio propio y que preceden, precisamente, del polígono de Chinales.

Según un estudio elaborado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, el censo de súbditos rumanos de etnia gitana viviendo en asentamientos o infraviviendas de la capital cordobesa asciende a 324 personas, de las que 214 son adultos y 110 menores, a los que habría que sumar luego otras 83 personas más que residían en pisos.

Asentamientos por zonas

Por zonas, esos asentamientos estaban divididos en Chinales, Madres Escolapias y Punto limpio en el Distrito Norte; Fátima, calle Paco Natera-Alsina, Molino de los Ciegos y Choza del Cojo en el Distrito de Levante; Villamaría y Tecnomotor, en Poniente Sur; Camino la Barca, Camino Carbonell Y Camino López García, en laFuensanta; el Cordel de Écija, en el Distrito Sur,; y la Carretera de Madrid, Las Quemadillas y el Sotillo, para la periferia. La mayor parte estaban concentrados en el Norte (84 personas) y Fuensanta (otras 80).

Según las mismas fuentes consultadas por este periódico, gracias a la actuación de colectivos privados y a través también de los servicios sociales municipales y la llamada Unidad de Calle, con la población gitana de origen rumano se está llevando a cabo una labor intensa en materia de formación educativa en convivencia y salubridad, acogida, tramitación administrativa o asesoramiento en materia de salud.

Así, en la actualidad, aparte de que prácticamente la totalidad de ellos están empadronados en Córdoba y ya se ha producido la primera generación de niños nacidos en la capital, «todos los menores que tenemos controlados están escolarizados y algunos son alumnos destacados».

Por otra parte, y teniendo en cuenta que el principal oficio de estas personas es el de chatarrero, con lo que la búsqueda entre los contenedores de Sadeco es algo habitual, «se les está educando para que al rebuscar en el interior se limiten a sacar lo que les interesa, pero sin dejar nada fuera, y eso se está consiguiendo también».

En cuanto a la higiene en los lugares considerados sus hogares, la situación dio un giro radical desde que se produjo el incendio en marzo pasado en el campamento Oasis. Desde entonces, los habitantes de estos campamentos tratan de ser más conscientes con la acumulación de basura y usan los contenedores o cubas que les deja Sadeco.

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