HISTORIAS

Leyendas de Córdoba: el duende que custodia el tesoro del pozo de Santa María de Gracia

Los habitantes de una casa de San Lorenzo no podían acceder al patio pasada la medianoche por un miedo inexplicable

Plaza del Poeta Juan Bernier, donde antes se ubicó el convento de Santa María de Gracia VALERIO MERINO

I. C.

En el lugar en el que hoy se extiende, reformada y contemporánea, la plaza del Poeta Juan Bernier se ubicó un día el convento de Santa María de Gracia , derribado a finales del siglo XX por un acuerdo municipal. De esta construcción se conserva, para su recuerdo, el arco que preside este espacio, rodeado por las calles Santa María de Gracia y Arroyo de San Rafael . La memoria oral de la ciudad cuenta que en esta segunda calle hubo un día una vivienda que formó parte del convento y que fue escenario de misteriosos sucesos que dieron lugar a una de tantas leyendas que rodean a la ciudad de Córdoba.

La recoge el autor Marcial Hernández Sánchez en «Historias y Leyendas de Córdoba», bajo el título de « La Casa de la Fuente », a partir de las « Notas cordobesas » de Ricardo de Montis . La vivienda fue habitada por diferentes familias y ninguna de ellas se atrevió jamás a pisar el corral donde se ubicaba el pozo más tarde de la medianoche porque un miedo espantoso e inexplicable se lo impedía.

«Dan mil disculpas, temores y explicaciones pero siempre acaban asegurando que cuantas veces han intentado entrar en él con luz se les ha apagado súbitamente», cuenta Hernández Sánchez en su libro. Tampoco han podido hacerlo los extraños que, animados por los habitantes de la casa, han sido invitados a entrar. Las sospechas de los vecinos son que dentro de aquella casa se esconde un tesoro , probablemente hundido en el pozo, y que queda al descubierto a partir de las doce de la noche. La «culpa» de sus temores la achacan a una criatura, quizás un duende , que es el encargado de custodiar el tesoro.

La creencia, convertida en leyenda, de que un duende impide el acceso a este pozo del barrio de San Lorenzo se extendió por todo el barrio hasta que desapareció la casa de la Fuente con el convento de Santa María de Gracia . Para purificar el pozo y espantar los temores encendieron una lámpara en su parroquia a Santa Marina de Aguas Santas , pero los mayores del lugar juran que las veces que la lámpara se ha apagado «durante toda la noche se han oído lúgubres lamentos y extraños ruidos » que sólo cesan con el tañir de las campanas que tocan misa al alba.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación