José Luque - DESDE MI RINCÓN

Impuestos, ¿para servir o servirse?

Sorprende que la alcaldesa justifique que los ingresos deben adaptarse a los gastos para equilibrar el presupuesto

José Luque
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Guardo buen recuerdo del profesor de Hacienda Pública don Emilio Puelles, oficial del Ejército del Aire, viudo con hijos mayores, que nos sorprendió al finalizar el curso con su entrada en la Compañía de Jesús. Viene esto a mi memoria porque fue don Emilio fue el que me enseñó que el buen presupuesto público debe confeccionarse de una determinada manera para alcanzar el objetivo que todo presupuesto debe tener. De no ser así, aquello que debe orientarse para «servir a la colectividad», puede transformarse y ser percibido como algo para «servirse de la colectividad». El daño de unos presupuestos públicos mal hechos es incalculable. Por eso me ha extrañado lo que la alcaldesa Ambrosio ha manifestado para justificar que el presupuesto de Córdoba sea equilibrado.

Los ingresos, dice, deben ser suficientes para cubrir los gastos e inversiones que se pretenden realizar. Eso es contrario de aquello que a mí me enseñaron. Los gastos e inversiones son los que deben amoldarse a los ingresos que pueden ser exigidos a los ciudadanos, sin rozar la confiscación, sin dañar la competitividad necesaria y la ilusión en el trabajo. Por ello, el debate abierto a la hora de elaborar las ordenanzas fiscales para el nuevo ejercicio, merece un comentario.

Aparte del incremento incomprensible de algunos servicios, como la entrada al Zoológico cuyas razones y objetivo deberían ser bien explicados, dos impuestos gravitarán sobre los ciudadanos de Córdoba de manera muy significativa. El IBI (recibo de contribución urbana) y el llamado vulgarmente Impuesto de Plusvalía Municipal. El primero ya ha sufrido recientemente una tremenda subida en la base imponible con el llamado «catastrazo». Si además incrementan el porcentaje a aplicar sobre esa base, el esfuerzo fiscal para los ciudadanos de Córdoba es para decirles a los políticos más de una cosita. La excusa que argumentan desde el Ayuntamiento es que el «catastrazo» no es cosa de ellos sino del gobierno del PP. Si la descentralización política y administrativa va a servir de justificación para confiscar el trabajo de los españoles, omito decirles lo que pienso del sistema político en el que estamos metidos.

Respecto de la subida de la mal llamada Plusvalía Municipal, sólo decir que es un impuesto muy discutido. No sólo por la existencia del impuesto en sí mismo, sino por la forma que tienen los ayuntamientos de calcular esa plusvalía. Y no estoy sólo al decir esto. Lo acuden diciendo sin éxito alguno y desde hace muchos años los tribunales de Justicia. Lo que también digo es que es un impuesto injusto, arbitrario e inconstitucional ¡Al tiempo! Quien confíe que Córdoba va a progresar a base de subir impuestos, se asemeja a aquel que pretendía coger con sus manos las estrellas que veía a través del telescopio.

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