Nuestra Señora de los Dolores, en el interior de la Mezquita-Catedral
Nuestra Señora de los Dolores, en el interior de la Mezquita-Catedral - ARCHIVO
PATRIMONIO

Icomos: «Las procesiones pueden ser beneficiosas para la Mezquita»

El documento del Consejo de Monumentos y Sitios espanta todas las amenazas que se cernían sobre la habilitación de la segunda puerta

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Tres folios firmados en el municipio francés de Charenton-Le-Pont, donde se encuentra la sede del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (conocido por su acrónimo de Icomos), puede ser el elemento clave para la apertura de la segunda puerta del muro norte de la Mezquita-Catedral de Córdoba. El documento, adelantado en exclusiva por ABC en la edición de ayer, espanta todas las amenazas que se cernían sobre el proyecto realizado por el Cabildo, demandado por las hermandades para el traslado de la carrera oficial al entorno del templo y que contaba con todos los parabienes oficiales de la Junta de Andalucía.

También, retira de un manotazo todas aquellas sombras de duda que se habían lanzado desde Icomos España sobre el uso de la Mezquita para el desarrollo de procesiones católicas apelando a un supuesto uso intensivo para el que el templo no estaba preparado.

El Consejo de Monumentos y Sitios «no considera que la alteración propuesta —la habilitación de la segunda puerta— impacte negativamente en el Valor Universal Excepcional del bien y si facilita las procesiones religiosas, podría ser beneficioso».

Solamente ese párrafo es miel sobre hojuelas para los intereses de las cofradías. El informe se centra en algo ya conocido en los documentos oficiales de la Unesco y de Icomos del monumento, que el uso religioso continuado —desde la etapa musulmana hasta la cristiana— es lo que ha permitido que la Mezquita-Catedral de Córdoba llegue hasta nuestros días como un palimpsesto hecho de piedra en vez de pergamino. «Desde nuestro punto de vista, el valor extraordinario y universal de la Mezquita-Catedral debe estar relacionado con aquellos aspectos que son un testimonio irremplazable del Califato de Córdoba y de las subsiguientes alteraciones que reflejan las sucesivas culturas» que otorgaron continuidad al monumento, asegura el informe.

Lugares históricos como hijos de su tiempo

Se trata de una trasposición prácticamente literal de la doctrina consolidada de la Unesco que considera que los lugares históricos no son solamente una foto fija de una etapa sino hijos de los tiempos que los han alumbrado. De todos ellos. No de los que, políticamente, interese seleccionar. En concreto, el uso religioso —el que ha tenido el solar desde la fundación romana de la ciudad— ha sido contínuo durante siglos y siglos. Solo ha cambiado el dios al que se rezaba. 

Icomos manda un mensaje subliminal de que el hecho de algo no afecte a los criterios de integridad o autenticidad no es que se deba hacer directamente. En román paladino, que hay que obra siempre con mesura, con sentido común. En concreto, que el Valor Universal Excepcionar es uno de los elementos positivos del edificio pero que tiene más tanto en un concepto nacional como local «como ha demostrado las duras sensaciones que este proyecto ha generado». Un mensaje de futuro, probablemente, de que los caminos hay que recorrerlos paso a paso y buscando el consenso social. En concreto, Icomos aboga por reconocer aquellos elementos relativos a las percepciones del edificio y su utilización. Un par de párrafos que se deberían de analizar en clave de futuro.

«El valor de la Mezquita se encuentra en la parte no modificada desde su creación como toda la historia que le acompaña»

El informe reconoce que Icomos interviene por una diferencia de criterio, un tanto exagerada si se compara con la realidad de los hechos. Asegura que el propósito es dilucidar «un cambio menor» en la Mezquita-Catedral consistente en el cambio de una celosía colocada en 1974 por una puerta que tenga un diseño similar. «El proyecto ha generado un gran debate local en el que no se ha producido un consenso entre las autoridades de la Iglesia y el resto de actores incluida Icomos España», dice el prefacio del dictamen técnico.

Desde París, Icomos recuerda que el valor de la Mezquita se encuentra tanto en la parte no modificada desde su creación como toda la historia que le acompaña. La reforma interior generada a partir del siglo XIII, el cierre de los arcos que daban al patio en el siglo XVII para la construcción de capillas (algunas de las cuales ya se usaban para procesiones), las intervenciones que cambiaro «drásticamente» el tejado en el siglo XVIII o el plan de obras realizado en el siglo XIX por la propia Iglesia para devolver al monumento su estética original, la de la etapa musulmana.

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