EL CONTRAPUNTO
Feria de Córdoba de 2018 | «Los nacionalismos se quitarían con un buen fino de Montilla-Moriles»
Manuel Torres, director de la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos, cree que «El Arenal es un espacio de libertad inmenso»
PILLAMOS a Manuel Torres (Córdoba, 1963) recién llegado de Sevilla, apunto de avituallarse para pisar por primera vez la feria. Tiene ganas de encontrase con sus amigos y disfrutar de una fiesta que le encanta porque como él dice «la Feria es un espacio de libertad inmenso». Y va a dar buena cuenta de ello…
—Imagínese que el día 27 se le va a la gente la pinza al acabar la Feria y declaran la República Independiente de El Arenal… ¿Qué hacemos? ¿Se le aplica el 155?
—Hombre, no. Yo creo que hay que aplicarles un buen fino de Montilla-Moriles. Sería la sanción ideal. El fino de nuestra tierra es lo mejor para acabar con los nacionalismos y los independentismos.
—Pues a Cataluña hay que enviar varias garrafas.
—Allí habría que enviar muchas dosis del sentido común que tienen los andaluces. Eso del seny catalán es más el sentido común del sur, creo. La capacidad de integración que hemos tenido la gente del sur que ellos también la han tenido durante muchos siglos, pero parece que una parte pequeña de ellos han perdido eso: el sentido común.
—Del «laberinto catalán» sabe usted bastante (dirigió unas jornadas bajo ese título). ¿Es más fácil salir de la feria por la autovía que de ese laberinto?
—De la Feria es fácil salir y entrar porque es un espacio de libertad inmenso. Lo son las ferias de Andalucía en general, en las que todo se respeta y se respeta a los demás más de lo que se piensa. Del «laberinto catalán» es muy complicado salir.
—Me han dicho las buenas lenguas que es usted un gran feriante ¿es este un dato cierto y contrastable?
—Es un dato cierto pero que ya va a menos (risas). Me gusta mucho pero he ido perdiendo capacidad de feria con el tiempo, pero tengo en mi memoria muy buenas ferias y espero disfrutar ésta, porque eso es señal de que tiene muchos y buenos amigos y casetas a las que ir.
—¿Y prefiere las tradicionales o las más populares?
—A mí me gustan las casetas más tradicionales, abiertas siempre, pero tradicionales. Bien hechas, con buenos aseos, suelo de madera, aire acondicionado, vasos de cristal…
—Entonces igual en la de ASPA no le vemos…
—Bueno, se me ha visto en otras épocas, por supuesto. Todo tiene su edad. Me gustaba el ambiente y la música, pero hace ya mucho tiempo de eso.
—Dirige usted la Cátedra Unesco sobre Resolución de Conflictos Internacionales de la UCO: o la Cátedra no funciona muy bien o el mundo está francamente mal, visto lo visto.
—Ojalá estuviera en manos de la Cátedra resolver los problemas del mundo… El mundo está como siempre, es conflictivo como lo somos los seres humanos. Quizá lo que pasa es que con la comunicación global e inmediata es más fácil conocer los conflictos. Pero estamos en la época de la historia de la humanidad en la que menos conflictos bélicos hay, con datos en la mano. Otra cosa es el riesgo que la geopolítica mundial padece ahora, que es mayor que hace unos años.
—¿Si ve una flamenca guapa por la feria le dice un piropo o se lo piensa dos veces?
—No, procuro pensármelo y no decirlo. Lo que sí puedo afirmar taxativamente es que el traje de faralaes es uno de los diseños más espectaculares que ha desarrollado el buen gusto desde la cultura: es muy difícil ver a una mujer con un traje de flamenca que le quede mal. Pero procuro no hacer esas expresiones. Bueno, si es una amiga se le dice y sin problema.
—Los universitarios cordobeses tienen doble mérito: feria y exámenes.
—¡Uy, me has recordado lo mal que lo pasaba yo entonces…! A pesar de lo que puedan contar de mí, yo era muy disciplinado y en los años de carrera iba un día a la feria y sufría bastante. Me dosifiqué muchísimo, no la pisaba. Reconozco que los tiempos han cambiado, los calendarios son distintos, pero yo casi que me recluía. De ahí que después lo compensase, ja, ja...
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