Dos policías consultan unos archivos informáticos
Dos policías consultan unos archivos informáticos - ARCHIVO
TRIBUNALES

«Es fácil que vuelva a buscar a niños»

Una psicóloga forense analiza para ABC la personalidad del «depredador» de niños

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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El «lobo solitario» que engañaba a cientos de niños a través de Facebook para saciar su apetito de perversión sexual y almacenaba miles de archivos de pornografía infantil podría volver a hacerlo cuando cumpla los tres años de prisión a los que ha sido condenado. La psicóloga forense Patricia Martínez asegura que «la rehabilitación es muy complicada en estos casos —no podemos decir que es imposible, porque hay algún caso— pero es muy problable que vuelva a reincidir, como los violadores». Además, esta psicóloga jurídica consdiera que «los trastornos que se han evaluando en este sujeto, podría variar mucho la conclusión si se evalúan por otro profesional».

El condenado tenía un «trastorno de personalidad, trastorno depresivo y obsesivo, además de un retraso madurativo», lo que le ha permitido que su paso por prisión quede de los diez años iniciales que solicitaba la Fiscalía en tres años y 45 días.

La Fiscalía no tuvo más remedio que admitir el informe del Instituto de Medicina Legal (IML) que abocaba a introducir en su calificación provisional de los hechos una atenuante cualificada de la pena dado ese cuadro médico «trastorno de la personalidad, trastorno depresivo, trastorno obsesivo compulsivo y retraso madurativo, que alteraba su conciencia y voluntad».

«Distinguir el bien del mal»

Para este forense, «este trastorno no explicaría la merma de las facultades cognitivas y volitivas de un sujeto; otra cosa sería que una persona padeciera un trastorno obsesivo compulsivo grave relacionado con la pedofilia, lo cual no ha sido diagnosticado». Este trastorno, afirma esta experta, es distinto del trastorno de personalidad obsesivo compulsivo, ya que se basa en el padecimiento de una serie de obsesiones con una temática determinada y compulsiones relacionadas con ellas. «El trastorno obsesivo compulsivo sí podría disminuir dependiendo de la gravedad la voluntad de una persona, pero no su capacidad de distinguir el bien del mal», asegura.

«Su trastorno no implicaría la merma de las facultades cognitivas y volitivas de un sujeto»

Es decir, la dolencia que se le ha diagnosticado no anulaba su conciencia y voluntad. En el caso de que eso sí ocurriera —como, por ejemplo, ocurre con aquellas personas que padecen una ezquizofrenia— la medida hubiera sido terapéutica, con el internamiento en un centro psiquiátrico por el mismo tiempo de la condena o de control domiciliario por un especialista, explicaron fuentes judiciales.

En este caso de la Sección Tercera d ela Audiencia Provincial de Córdoba, la sentencia no prevé ninguna medida adicional de terapia, aunque podría formar parte de un tratamiento contra su patología en la prisión. «La realidad es la que es y se trata de una población de más de 1.400 presos en Alcolea y es muy difícil realizar grupos pequeños y efectivos», aseguran fuentes judiciales a ABC.

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