Durán pide dejar de gestionar contratos como el que concedió a la empresa de su sobrino

Todo es correcto , según la versión oficial del Parlamento de Andalucía. Todo se ha hecho según la ley y no existe conflicto de intereses aunque Juan Pablo Durán , que fue máximo responsable del PSOE de Córdoba , no tendrá que dar cuenta de su gestión como presidente de la institución ni ante la Cámara de Cuentas, por ser un organismo de extracción parlamentaria, ni tendrá que comparecer para explicar el contrato de marketing digital con la empresa en la que trabaja su sobrino para dar a conocer qué supuso el cuatro de diciembre de 1977.

Sin embargo, el contrato a la firma El Cañonazo, dedicada a la comunicación transmedia y «que revoluciona el sector», sí que tendrá una consecuencia práctica . Durán dejará de tener el control de los contratos menores del Parlamento de Andalucía. Lo ha pedido él mismo .

Formalmente, el órgano de contratación de la Cámara autonómica es la Mesa del Parlamento , un foro colegiado que se dedica a la ordenación de los debates, la admisión a trámite y calificación de los asuntos y, de paso, a las gestiones de carácter económico-administrativo. La cuestión es que parte de las competencias administrativas para contratar se traspasaron en 2013 desde la Mesa a la Presidencia con el objetivo de dar cierta agilidad en el procedimiento administrativo.

La regulación que permitió desarrollar el contrato con la empresa donde trabaja el sobrino de Durán permitía al presidente del Parlamento de Andalucía autorizar los gastos de la Cámara hasta un importe de 30.051 euros . Asimismo, volverán a la responsabilidad de la Mesa los trabajos de contratación en contratos que superen los 3.006 euros y no excedan de 30.051 euros. Por último, el presidente del Parlamento tendrá que contrastar con la Cámara aquellos expedientes que se tramiten con carácter de emergencia por encima de los 3.006 euros.

¿ Hubiera evitado esta reforma el escándalo de la contratación de la campaña del cuatro de diciembre? La realidad es que no . La Mesa del Parlamento nunca fue informada de que existía una relación familiar de tercer grado entre el presidente de la Cámara y un trabajador relacionado con la empresa que recibió un contrato a dedo. Ello fue posible, además, gracias a una reforma exprés de las normas de contratación de la Cámara que eliminaron controles intermedios.