Detenidas 13 personas en Córdoba de una trama que utilizaba bitcoins para el blanqueo de capitales

La Policía y la Agencia Tributaria han intervenido uno de los mayores centros de «minería» de bitcoin, en el que unos potentes procesadores generaban monedas virtuales para que una organización criminal blanqueara las ganancias de un fraude en la distribución de contenidos de televisión pirata. La operación se ha saldado con la detención de 30 personas en diferentes provincias, de las cuales 13 operaban en Córdoba y el resto en Málaga, Valencia, Madrid, Palma de Mallorca y Lugo. Asimismo, se han incautado 140 potentes procesadores informáticos. El suceso está relacionado con la redada policial iniciada hace algunos días en elPolígono deChinales.

Se trata de una de las mayores cantidades de centros de fabricación de bitcoin hallados en Europa hasta hoy.

Por el momento, los investigadores se han incautado de 78,3 bitcoins con un valor en el mercado de 31.320 euros (cada uno se cotiza a unos 400 euros). La organización había invertido en potentes procesadores que, con un añadido fraude al fluido eléctrico pues necesitan mucha potencia, les proporcionaban hasta un bitcoin al día. Los centros de «minería» eran usados para el blanqueo de capitales, ya que lo generado en bitcoin era intercambiado por euros y puesto de nuevo en el circuito financiero normal o invertido en vehículos de lujo o inmuebles. Las ganancias totales están aún en proceso de cuantificar, ya que la investigación sigue abierta.

Hasta estos 30 arrestados y su método de blanqueo la Policía llega tras una denuncia en 2011 en la distribución de contenidos de televisión de pago de forma pirata a través de varios métodos. Por un lado, el sistema denominado «cardsharing» que consiste en el acceso a plataformas pirata mediante una antena parabólica orientada a determinados satélites, un receptor manipulado y una conexión a internet. La organización contaba con un complejo entramado empresarial dedicado a distribuir decodificadores que importaban de China. Instalaban el programa informático que permitían acceder a la señal de televisión codificada, alojada en servidores distribuidos en diferentes localidades españolas y europeas y, por último vendían estos decodificadores a clientes particulares o, incluso a hoteles o restaurantes.

Su segundo método se llama sistema IPTV. A través de una suscripción mensual, trimestral o anual, un terminal decodificador conectado a Internet permitía el acceso a más de 1.600 canales de televisión de diferentes países, para los cuales carecían de derechos de explotación. De todos los detenidos, sólo tres han ingresado en prisión.