MÚSICA

Cuando Cosmopoética cantó en Córdoba «Knockin' on heaven's door»

Pancho Varona culmina una sesión en que Benjamín Prado, Javier Fernández y él hablaron de Dylan

Javier Fernández, Pancho Varona, Benjamín Prado y Ramón Medina, durante el coloquio ÁLVARO CARMONA

LUIS MIRANDA

No pusieron gesto de extrañeza Pancho Varona , Benjamín Prado y Javier Fernández cuando a Bob Dylan le dieron el Premio Nobel de Literatura el año pasado. Todos lo aman: el primero lo aprendió de Joaquín Sabina , a quien acompaña en los escenarios desde hace 35 años, el segundo llamó Dylan a su hija y el tercero recorrió México dando conferencias sobre su figura. Juntos protagonizan una de las «Conversaciones en la frontera» de esta edición de Cosmopoética , acerca del genio de Minnesota , y llenan la Sala Orive con una charla, llamada «Los tiempos están cambiando» , en la que hablan más de su compleja figura que de su obra, pero dejan un rastro de sugerencias para seguir escuchando.

Benjamín Prado tiene claro que es más que un cantate, y que «si se quieren escribir canciones , hay que haber leído las de Bob Dylan». Y explica cómo su conexión con la literatura es constante y habla de las relaciones con John Steinbeck , Flahery O’Connor y la generación Beat . Y cómo «todo parece venir de Bob Dylan» a partir de entonces, y la influencia en los músicos posteriores es muy grande. Para ellos, el mejor. Cerca, Leonard Cohen , Tom Waits y, ya en el ámbito español, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat .

Un homenaje

Pancho Varona tiene al lado una guitarra acústica «porque si no la tuviera estaría muerto de miedo». Y la empuña cuando cuenta cómo plantearon Benjamín Prado, Joaquín Sabina y él mismo, un homenaje. Primero toca la canción que les sirvió de inspiración, « The girl from the north country », y todos explican la letra. Luego tocan su particular homenaje, «Cuando aprieta el frío» , que no es la más conocida del flaco de Úbeda pero no pocos recuerdan y corean en tono bajo.

Para Benjamín Prado son buenos incluso los discos menos aclamados, como aquellos de búsqueda religiosa: «Si cambias a Dios por una chica , son canciones geniales». Y abundan las anécdotas, como aquella, luego desmentida, de la canción de once minutos que escribió con un lápiz de labios por no haber nada más a mano, para completar el doble disco « Blonde on blonde ». Y de la falta de sentimientos , «de las pocas canciones de amor que escribió», de lo escurridizo del personaje.

Los participantes dicen que es poco de sentimientos: apenas hay canciones de amor

A lo largo de la charla se cuelan los nombres de las canciones míticas, y se habla de aquellas menos conocidas, pero también las clásicas: « Blowin’ in the wind », « Like a rolling stone », « Hurricane ». Y no podía faltar aquella que Pancho Varona insinuaba al principio con la guitarra, porque despide la charla con « Knockin’ on heaven’s door ». Una forma de representar lo que quienes han hablado parecen sentir al hablar de Dylan.

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