José Calvo Poyato - Desde Simblia

Las aguas se agitan

IU y Ganemos fueron víctimas de sus propias estrategias, ya que los mayores insultos de los parcelistas fueron para ellos

José Calvo Poyato
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Si los meses del estío remansaron las aguas de la política municipal, la llegada del otoño las ha agitado, y de qué manera. La delegada de Participación Ciudadana, Hacienda, Salud y Consumo, y Vivienda sigue trabajando, según sus propias palabras, en una subida del Impuesto de Bienes Inmuebles a lo que denomina viviendas desocupadas, aunque tal denominación no acaba de quedar clara en su proyecto de aumentar el cincuenta por ciento de dicho impuesto. Lo que sí está claro, incumpliendo una de sus promesas electorales, es que la subida de ese impuesto municipal para los cordobeses va a ser del tres por ciento el año que viene. Subida que se producirá después de muchas dudas porque los planteamientos iniciales lo situaban en el cuatro por ciento y así le fue comunicado al Ministerio de Hacienda.

Agitación también ha provocado la moción presentada por Ganemos Córdoba -los podemitas por estos lares- e Izquierda Unida proponiendo que se aprobase una prohibición de asistir a los actos de carácter religioso que se celebrasen en la ciudad a los miembros de la corporación municipal, también que se modificaran las fiestas locales -San Rafael y la Fuensanta- por su carácter. La propuesta era sustituirlas por otras de carácter cívico y laico. La agitación de la propuesta era tal que una hora antes del pleno donde se debatiría fue modificado su contenido. La moción no salió adelante porque el grupo municipal socialista decidió abstenerse y fue rechazada por los tres grupos de la oposición, ya que Ganemos Córdoba no puede ser considerado como tal, dado el papel que desempeña en la corporación municipal. Sostiene al gobierno sin estar en él.

Pero esa no fue la mayor de las agitaciones, sino la suspensión temporal, durante más de cuatro horas, del pleno correspondiente al mes de septiembre. Las suspensiones fueron frecuentes en la pasada corporación, este ha sido el primero que la actual alcaldesa ha tenido que suspender. Un grupo de parcelistas de El Higuerón exigía agua para sus parcelas y no permitía su celebración. Tuvieron que ser desalojados del salón de plenos por la policía municipal en medio de una fuerte tensión e insultos principalmente dirigidos a algunos de los que se dedican a agitar las aguas de la política con acciones de este tipo cuando así conviene a sus intereses. Izquierda Unida y Ganemos fueron víctimas de sus propias estrategias, ya que los mayores insultos de los parcelistas fueron para ellos, a los que tacharon de «traidores». También protestaron en el pleno, aunque su actitud fue más comedida, un grupo de ex trabajadores de Eroski y vecinos de Trassierra.

Agitación y polvareda ha vuelto a levantar la concesión de subvenciones. Siguiendo la estela del año anterior han sido eliminadas de la lista de subvencionados las asociaciones que tienen carácter religioso o alguna vinculación con instituciones religiosas, pese a la labor que desarrollan. Pero la polvareda ha venido de la mano de la concesión de las mayores ayudas a entidades cuya labor está más que puesta en entredicho, como es el caso de las organizaciones afines al PSOE: Fundación Guadalquivir Futuro y Jóvenes hacia el Futuro, cuyas ayudas han terminado bloqueadas hasta que la Junta de Andalucía se pronuncie sobre la denuncia de graves irregularidades cometidas en años anteriores.

Así estamos. Tras las aguas mansas del verano, que toca a su fin, la entrada del otoño viene revuelta y las aguas bajan agitadas en Capitulares.

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