Los accidentes de tráfico en vías urbanas casi se triplican en diez años

Algo va mal en la seguridad vial de las vías urbanas de la provincia de Córdoba. El dato es demoledor: los accidentes de tráfico con víctimas casi se han triplicado en una década, de acuerdo con las cifras facilitadas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que indican que en 2015, que es el último ejercicio con las estadísticas procesadas, se produjeron 1.009 siniestros con heridos o muertos en las carreteras del interior de las poblaciones de la provincia, mientras que en 2006 el registro fue mucho más bajo: 367.

Este alza es muy llamativo porque no casa con la evolución del volumen de accidentes global, esto es, el que suma los que se producen en las carreteras interurbanas con las urbanas en este mismo periodo.

El aumento, que lo ha habido, ha sido mucho más moderado, de tal manera que en 2006 se contabilizaron en Córdoba 1.185 casos para pasar a 1.491 un decenio después.

¿Esta evolución al alza tan acusada de los problemas de tráfico con heridos en los cascos urbanos de la provincia es común al resto de España? La respuesta es que sí, pero con matices. El citado documento de la Dirección General de Tráfico da cuenta de un aumento considerable de este tipo de siniestros en todo el Estado, pero de una forma algo más suave: la subida en la década comprendida entre 2006 y 2015 fue del 26 por ciento en el conjunto de la nación, de manera que de 50.576 accidente las tablas de la DGT pasaron a registrar 63.198 sucesos.

Hay, con todo, una lectura positiva de estos datos, pues el incremento en el número de accidentes no ha supuesto que las víctimas mortales de ellos hayan ido a más. Ha sido al contrario: en los cascos urbanos de la provincia de Córdoba perdieron la vida seis personas en sucesos de tráfico en el año 2006 y en 2015 esta cifra decreció aunque fuera de una forma testimonial: murieron cinco ciudadanos.

Exceso de velocidad

¿Cuáles son las causas principales de los accidentes en las vías urbanas? Las conclusiones a las que ha llegado la Dirección General de Tráfico indican que la velocidad y las imprudencias se encuentran en el origen de la gran mayoría de los siniestros, bien se registren en el interior de las poblaciones o en las vías que las conectan.

En este sentido, la DGT recuerda que a partir de 80 kilómetros por hora es «prácticamente imposible» que un peatón salve la vida en un atropello. Sabido es que en los cascos urbanos los vehículos no pueden sobrepasar los 50 kilómetros por hora -y en ocasiones los 30 en las zonas así denominadas-: un golpe puede ser letal también a esa velocidad como muestran las estadísticas.