El absentismo de menores en zonas marginales aumenta en Córdoba

La Policía adscrita a la Junta de Andalucía ha actuado en 24 ocasiones por las faltas en el primer semestre de 2017

Imagen de puestos vacíos en un aula de un colegio público de Alcolea ARCHIVO

ROCÍO LINARES

La falta reiterada de un menor al centro educativo sin justificación es un problema grave que ha aumentado de manera muy significativa en las zonas de trabajo social de Córdoba. Los datos, según la Comisión Provincial de Absentismo escolar de la capital son «realmente preocupantes» en zonas como Palmeras, Moreras o Sur y por eso han diseñado un plan de prevención que conecte de nuevo a los alumnos y sus familias con los centros. En Andalucía, el índice de abandono escolar está en un 27 por ciento, tan sólo por detrás de Turquía dentro de la zona Euro y por supuesto muy por encima de la media de otros países europeos, según los datos del Instituto Andaluz de Estadística.

El Ayuntamiento de Córdoba acaba de publicar el pliego de condiciones para la contratación menor del servicio de «Prevención de absentismo escolar» , a expensas de que se publique la contratación para la actuación completa. No obstante, la realidad que sustenta esta necesidad, urge de actuación porque lo que comienza siendo un problema educativo, puede convertirse en un problema social. Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, detrás de cada 5 o más faltas de asistencia sin justificar al centro educativo de niños cordobeses considerados absentistas, hay «graves problemas socio-familiares, personales y también de salud».

Sobre las cifras, la Policía adscrita a la Junta de Andalucía en Córdoba realizó en el primer semestre del presente año 24 actuaciones contra el absentismo escolar, que en algunos casos concluyó co la imputación de los padres o tutores de los menores como presuntos responsables de un delito contra los derechos y deberes familiares. Y estos son los casos en los que intervinieron las fuerzas de seguridad, otros muchos se quedan en los Equipos de Orientación Escolar (EOE) y Equipos Técnicos de Absentismo escolar (ETAE) de los centros. Éstos últimos atendieron en el curso 2014/15 un total de 247 casos en Córdoba y se enviaron a Fiscalía de Menores unos 58 casos -de los que 48 fueron declarados delito de abandono de familia- en el período de 2011 hasta 2015.

Así las cosas, desde Servicios Sociales analizaron a fondo entre enero y abril de 2016 las realidades de familias en situación de exclusión social y con expediente en la delegación social. Pusieron el foco en Moreras, Palmeras y Zona Sur, en incluso lo ampliaron a algunos casos de la Zona Centro y Poniente Sur. Los menores de las unidades familares estudiadas (un 86 por ciento con uno o dos miembros de etnia gitana) estaban bajo «sospecha» de absentismo por los equipos técnicos de los Centros de Servicios Sociales de cada Zona de Trabajo Social (ZTS).

El 60 por ciento de los progenitores encuestados piensa que su hijo es absentista y el 40 por ciento del total afirmaron que si el menor faltaba al colegio no pasaba nada. En estos casos, «se quedan en casa durmiendo, jugando al móvil , realizando tareas domésticas, cuidando de un familiar o viendo la televisión» según revelaron los padres y los propios hijos, que consideran además que esto sirve de «justificación» para faltar. «Algunas menores, al ser de etnia gitana, abandonan el sistema educativo a edades tempranas, pues consideran que no son necesarios los estudios y que ya pueden formar una familia», refleja el diagnóstico.

Atención a la diversidad

Es llamativo que los progenitores piensan a que a sus hijos les gusta ir al colegio «cuando están en primaria pero esto cambia en el instituto, donde se son expulsados con frecuencia y no están motivados», recoge el análisis. Y es que existe un sentimiento de exclusión por ser de etnia gitana, y a su vez, esto se transmite a sus hijos que responden al mismo sentimiento.

La jefa de Servicio de Inspección de Educación de Córdoba, Juana Bolancé, apuntó que «la atención a la diversidad no está funcionando» en los centros y los «adolescentes, de 14 a 16 años» son los que abandonan el sistema y «se pierden». El problema del absentismo en Córdoba ha cambiado su foco : la etapa de primaria está resuelta porque «las familias ven que en el colegio les dan de comer a los niños y se llevan la merienda a casa», este valor añadido hace que lleven a los menores a los centros, en opinión de Bolancé, aunque «ojalá tomaran conciencia de la importancia de la educación».

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