La Virgen de los Dolores, con el manto de las palomas y la saya roja
La Virgen de los Dolores, con el manto de las palomas y la saya roja - VALERIO MERINO
PATRIMONIO

La Virgen de los Dolores «se quita» el luto

Como cada mes de septiembre, la «Señora de Córdoba» se encuentra vestida con el manto de las palomas y la saya roja

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Durante estos días, en los que se celebra el triduo en honor de los Dolores Gloriosos, todo el que se acerque hasta la iglesia de San Jacinto podrá comprobar una estampa que se repite año a año. Como cada mes de septiembre, Nuestra Señora de los Dolores se encuentra ataviada con el manto de las palomas y la saya roja. Estas dos piezas, de un gran valor histórico y artístico, son prueba del gran patrimonio que atesora la corporación de la «Señora de Córdoba», y por ende, las cofradías de la ciudad.

El «manto de las palomas», apodado así por estas famosas aves que aparecen bordadas en él, es una pieza que destaca de manera notable en el ajuar de la Virgen de los Dolores por varios motivos.

Uno de ellos es que fue la primera pieza del ajuar que se alejó del riguroso negro que vestía, hasta su ejecución, la imagen de San Jacinto. El manto fue ideado, diseñado y costeado por el entonces capellán de la hermandad, Ángel Redel. Su realización data de finales del siglo XIX, y tuvo una gran acogida popular en el momento de su estreno durante el septenario a la imagen en 1897.

Aun así, el manto no estuvo alejado de la polémica, ya que su color celeste, fuera del luto al que acostumbraba a llevar la imagen, fue origen de diferentes polémicas entre Redel y la propia hermandad. En 1965, antes de la coronación de la imagen, fue restaurado y pasado a un terciopelo en un tono más oscuro que el original.

La saya roja es otra de las ricas piezas que atesora el patrimonio de la Virgen de los Dolores. La obra, que es el vestido compañero del manto de las palomas, fue realizada por la comunidad de hermanas servitas de San Jacinto a finales del siglo XIX. Al igual que el manto, la saya fue concebida por Ángel Redel, en lo que supuso una pequeña revolución estética de la dolorosa. En el bordado de la pieza, de una enorme calidad, se muestran motivos florales en hilo de oro sobre terciopelo guinda de seda. La saya fue posible gracias a la donación de la familia de Sor Visitación, de la orden de las Siervas de María.

De esta forma, un año más la Virgen de los Dolores «se quita» el luto momentáneamente para ofrecer una estampa histórica.

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