Un simpecado con mucha historia

El pasado fin de semana la hermandad del Rocío de Córdoba anunciaba a través de sus redes sociales que recuperaba «el mayor tesoro» que posee la corporación. Se trata del primitivo simpecado bordado por las monjas Adoratrices, con el que se fundó la filial rociera a comienzos del pasado siglo XX, y que ha estado cedido y expuesto durante más de 15 años en el museo Julio Romero de Torres, pintor al cual está atribuida la pintura central del mismo.

Aunque la pieza no cuenta con una firma que confirme su autoría, Mercedes Valverde, directora de Museos Municipales y máxima experta en Romero de Torres así lo certifica. Según Valverde, dicha pintura es obra del reconocido artista cordobés y cree que la debió de terminar pocos meses antes de su muerte, acaecida el 10 de mayo de 1930.

Rasgos característicos

Se trata de una pintura con forma de óvalo, de unos cuarenta centímetros de altura, con tela como soporte, y realizada a óleo y temple. En la misma se pueden contemplar los tonos azules característicos de la obra del artista y destaca el claroscuro del fondo, que sirve para realzar la belleza de la Virgen. La imagen representada es prácticamente idéntica a la original, y como destacó Mercedes Valverde, en ella se puede contemplar «a una Virgen niña, alegre».

Aunque toda la pintura es de gran calidad, destaca especialmente el Niño Jesús. Asimismo, el medallón está inserto en un simpecado con un diseño muy particular, ya que no sigue la tradicional forma de «M» de este tipo de piezas. Realizado en terciopelo blanco y bordado en oro, el diseño sigue el mismo dibujo que la saya que porta la imagen de la Virgen del Rocío en el óleo. Es por esto que pudiera ser que el propio Romero de Torres fuera el encargado de diseñar los bordados del estandarte.

De esta forma, en los próximos días la hermandad del Rocío de Córdoba recuperará una parte de su historia, que a partir de ahora quedará expuesta en la capilla de la Real Iglesia de San Pablo.