ENTREVISTA

Jesús López: «Hay costaleros que ofrecen una imagen que no se corresponde con el buen costalero»

El capataz de la Agonía afrontará el Martes Santo la primera salida de la Virgen de la Salud a la carrera oficial

Jesús López, en el rincón cofrade de su casa ROLDÁN SERRANO

R. C. M.

Jesús López fue el primer y único capataz que ha llevado al Cristo de la Agonía hasta la carrera oficial. Este año volverá a escribir su nombre en la historia de la Semana Santa de Córdoba al formar parte del equipo de capataces que llevarán a la Señora del Naranjo, la Virgen de la Salud , por las calles de Córdoba. Un año muy especial pues tiene «la sensación de cumplir un sueño que llevamos esperando más de 20 años». Entretanto recuerda que el 2 de abril de 1996 , cuando el Cristo de la Agonía llegó por primera vez a la carrera ocial, fue un gran día. «Lo recuerdo como si hubiese sido ayer. La ilusión por un reto, la motivación por ayudar a una cofradía que estaba en pañales y la acogida que tuve en una hermandad plagada de buena gente».

López analiza la función de un capataz y señala que lo que debe tener es «la capacidad de estar aprendiendo eternamente». Relata que empezó como costalero en el año 84 y «desde entonces el mundo del costal ha evolucionado en muchas cosas», al tiempo que señala que «todos hemos conocido a grandes capataces de Córdoba que se han perdido por su orgullo y, por supuesto, por al capacidad de gestionar un grupo de personas muy heterogéneo».

A un costalero le diría lo mismo que hace cada Martes Santo: «Cada Martes Santo suelo tener unas palabras a solas con los noveles en medio del bosque de columnas de la Catedral y allí les digo que son unos privilegiados, puesto que por primera vez va a ser unos instantes los pies de Dios».

Además, reconoce que no ha pasado buenos años últimamente por problemas personales, pero que las cofradías y la fe le han ayudado mucho : «Considero que la fe es la que me ha dado consistencia en esos momentos tremendamente difíciles. La enfermedad que sufrió la madre de mis hijos coincidió con una época durísima en mis negocios y ello me hizo fuerte y sensible a la vez. Soy de los que piensa que lo que no te mata te hace más fuerte y, personalmente, a pesar del desenlace trágico final, he salido fortalecido como hombre, como empresario y como padre. Ha sido gracias a mi profunda fe en Dios».

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