El Cristo de Luis Ortega Bru, en el altar mayor de la iglesia de Betania de Jesús Nazareno
El Cristo de Luis Ortega Bru, en el altar mayor de la iglesia de Betania de Jesús Nazareno - RAFAEL CARMONA
CENTENARIO

El Cristo de Luis Ortega Bru para Córdoba

El escultor gaditano talló un Crucificado que preside la iglesia de Betania de Jesús Nazareno

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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En 1976, Luis Ortega Bru entregó a la hermandad sevillana de San Gonzalo la imagen de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder ante Caifás y en la peana dejó una inscripción elocuente: «Mi Cristo para Sevilla». Si se habla del autor y Córdoba siempre viene a la mente la imagen del Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, que se venera en la iglesia de Jesús Divino Obrero y que hace estación de penitencia cada Domingo de Ramos. La imagen, sin embargo, se había hecho para Cádiz, desde donde la donó un grupo de cofrades, y mucho antes de su llegada, el escultor de San Roque ya había enviado una imagen a la ciudad, poco conocida pero con su indudable sello personal.

En Betania de Jesús Nazareno, una casa de espiritualidad situada en las faldas de la Sierra, está el que el escultor podría haber llamado «Mi Cristo para Córdoba».

Este viernes 16 de septiembre se cumple el primer centenario del nacimiento del autor de obras fundamentales en la imaginería del siglo XX, como el misterio de la hermandad sevillana de Santa Marta, y ABC se ha fijado en esta obra. El libro de Juan José Primo Jurado «Iglesias de Córdoba» se detiene en esta imagen y, según la documentación consultada, dice que es obra del taller de Félix Granda, aunque con la participación de Ortega Bru. La iglesia es de 1968 y el Cristo tuvo que ser de ese momento o de poco después. Es el Crucifijo que preside el templo.

Detalle del Crucificado
Detalle del Crucificado - RAFAEL CARMONA

En aquellos años, Ortega Bru trabajaba en este taller madrileño y lo más probable es que el encargo se hiciera a través de Félix Granda y lo realizase él, como han afirmado ya muchos expertos. El sello del escultor gaditano es muy evidente. Sin embargo, la gran monogrofía publicada por Ediciones Guadalquivir hace dos décadas no cita esta obra, que se puede relacionar con otras de Ortega Bru, como el Cristo de la Salud, cotitular de la sevillana hermandad de Montesión (de 1954), y el del Perdón de Cádiz (en 1979).

Aunque tiene sello propio, remite al Cristo de la Conversión de Juan de Mesa

Como en estas últimas imágenes, el Crucificado que se venera en la iglesia de esta casa de espiritualidad cordobesa representa a Jesús vivo y mirando hacia su derecha, en actitud dialogante que hace recordar al Cristo de la Conversión del Buen Ladrón que talló Juan de Mesa en 1620. Aunque la de Ortega Bru es una imagen de personalidad propia y tiene los rasgos físicos y gestuales inconfundibles de sus imágenes, al modelo del autor cordobés remiten la estructura del sudario y la pierna derecha más adelantada. Aparece con corona de espinas y sin potencias, y con los dedos índice y corazón de las manos extendidos, mientras los otros están cerrados alrededor de los clavos. La cruz, otro detalle original, es plana, pero de madera sin lijar.

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