ENTREVISTA

«Los cofrades tenemos que ser ejemplo de respeto»

La responsable de la corporación de Las Penas, elegida recientemente en cabildo, analiza la situación de la archicofradía y repasa los proyectos futuros

Ruiz Gené es una de las tres mujeres que actualmente están al frente de una hermandad en Cádiz

A. MENDOZA

En 1986 Inmaculada Ruiz Gené se hace hermana de la cofradía de Las Penas. Su familia siempre ha estado vinculada a San Lorenzo por lo que la tradición familiar fue determinante para su llegada a la archicofradía. En el año 2000 entra por primera vez en la junta de gobierno como vocal de liturgia y entre 2001 y 2010 ocupa el cargo de vicehermana mayor que repite entre 2014 y 2016. Cuando dimite Emilio San Román, Ruiz Gené pasa a ser la máxima responsable. En el reciente cabildo de elecciones ha resultado elegida hermana mayor de forma unánime tras conseguir un respaldo mayoritario de los hermanos que confían en el proyecto de esta nueva junta continuista.

–¿Cómo encara estos próximos años al frente de la hermandad?

–Como siempre que empiezas nueva etapa, aunque esta sea continuación, la afronto con ilusión y muchas ganas. Con respecto a la anterior junta esta se compone casi de las mismas personas que la vez anterior. Solo hay tres cambios y bueno, queremos emprender cosas nuevas y sobre todo concluir lo que no ha dado tiempo.

–Imagino que contenta por el respaldo de los hermanos...

–La verdad es que ha sido un cabildo muy tranquilo y teníamos ganas de que fuera así. Se ha desarrollado todo el proceso muy bien y ha participado un 47%. Aunque es una hermandad pequeña pero cuando llega el cabildo se ronda el 50% de participación. Hay otras que les cuesta llegar al 20% mínimo que se requiere.

–Esto supone ya además zanjar por completo la etapa de comisariado...

–En estos cuatro años se ha superado ya una estabilidad que se perdió en 2013 cuando el Secretariado instó a que se fuera la anterior junta. Se ha conseguido sanear a la hermandad a nivel económico y se han despejado los problemas internos y lo cierto es que actualmente hay estabilidad y tranquilidad. A nivel económico somos humildes y tenemos que hacer muchísimas cosas para conseguir los medios que necesitamos. También contamos con un grupo de hermanos que colabora y está muy unido, gente afín. No hay malos entendidos, por suerte todo eso quedó atrás como quedó de manifiesto en el cabildo.

–¿Qué ha sido lo más difícil de estos últimos meses?

–Los más complicado ha sido solventar la situación económica. Al terminar el comisariado se encontró con un embargo, con deudas contraídas de la época anterior y ha habido que buscar recursos extraordinarios, hacer muchas actividades, eventos e historias para poder afrontar esa deuda que no nos correspondía pero había que cumplirla. A nivel humano ha ido todo sin problemas, los proyecto han salido adelante. La juventud, los chavales están muy ilusionados. El día a día de la hermandad te gusta pero lo más complicado ha sido el hecho de poder dar estabilidad económica tras un tiempo complicado. Eso solo lo hemos conseguido al final de estos cuatro años.

–Con respecto a la juventud precisamente es uno de los puntos en los que trabaja con esmero la hermandad...

–La hermandad siempre se ha caracterizado por tener muchísimos niños. Junto con la Borriquita del Domingo es de las que más niños lleva. En los últimos años el cortejo se ha visto claramente aumentado por hermanos cada vez más pequeños y este año ha llegado gente afín a la hermandad y también de la junta con niños pequeños y por eso hemos decidido formar el grupo de infanticos del Pilar. Salieron veintiún niños de entre dos y siete años, más los que ya van formando parte del cortejo. Se ha trabajado desde siempre que los niños eran el grueso del cortejo en la calle y se hacen actividades durante todo el año para mantener viva la juventud con actividades, manualidades, salidas, juegos, meriendas, se hacen talleres... la idea es que se vayan acercando y que cuando llegue el Domingo de Ramos conozcan algo la hermandad.

–¿Qué proyectos tiene para estos próximos cuatro años?

–A nivel humano queremos continuar ampliando el grupo de hermanos que colabora con la junta y seguir cerca de todos los hermanos. A nivel patrimonial en 2016 se hizo un proyecto grande con la renovación de todas las túnicas y en 2017 y 2018 se ha ampliado y también se han realizado la de los infanticos. Queremos continuar con más túnicas propias y hermandad y tenemos por delante los dos proyectos de los pasos. Se han renovado las insignias de la hermandad gracias a un hermano que restaura. En cuanto al paso de palio está completo ya el bordado de las bambalinas y quedaría el bordado del techo y lo más importante sería afrontar el tallado del paso de Cristo. La talla está pero habría que meterse con imaginería menor, las cartelas, y por supuesto en un futuro el dorado que eso no lo llevamos en los cuatro años pero si nos toca una lotería pues no nos cerramos a nada.

–¿Qué piensa que le falta actualmente a la Semana Santa de Cádiz?

–Creo que le falta una definición clara de la Carrera Oficial. Se está en ello y hay una intención de definir una Carrera Oficial más definitiva y acorde con las hermandades y luego por otro lado a todos, cofrades y público, nos falta respeto por lo que estamos haciendo. Creernos más lo que estamos poniendo en la calle y además una seriedad de lo que es la fiesta de lo que se celebra que haya una verdadera vivencia y ahí los cofrades tenemos que ser clave con nuestro ejemplo. Están hablando de falta de respeto por parte del público pero nosotros somos los primeros que tenemos que manifestar ese respeto y en el momento que manifestemos eso habrá mejor respuesta por parte del público.

–¿Siente que las mujeres están ya plenamente integradas en el ámbito cofrade de Cádiz?

–El tema de la participación de las mujeres en las cofradías es una cuestión de actitud y capacidad. En el 2000 en mi hermandad fui la primera mujer en entrar en la junta de gobierno y también ahora soy la primera mujer que he sido elegida hermana mayor por los hermanos. No se trata de ser mujer ni hombre, es un servicio más a la Iglesia. Está normalizado. Todo lo que he querido ser en mi hermandad he podido serlo. Si quisiera cargar hoy no podría aunque el día de mañana no sé. La mujer se ha ido incorporando a la vida social en muchos ámbitos y también en este y eso es progresivo. Tanto en mi hermandad como en plenos yo no he tenido la sensación de que se me hiciera menos caso por ser mujer. Pienso que al final se trata más de una cuestión de actitud y disponibilidad.

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